"Un, dos tres"... Altavoz otra vez
Por Christian Acuña
Resulta redundante comenzar la mayoría de los textos haciendo alusión al regreso de los eventos después del encierro por Covid 19, pero cada vez que se hace presencia en diferentes festivales de varias ciudades, el comportamiento del público es diferente a lo que se daba antes del encierro.
Existe una necesidad de exteriorizar tanta energía represada después de un poco más de dos años de no tener eventos masivos, si bien la presencia de Altavoz siempre estuvo presente en la agenda musical de la capital de la montaña, pues realizó en 2020 su edición con bandas locales y nacionales en diferentes teatros de la ciudad de manera virtual y en 2021 el evento fue presencial, pero con solo bandas colombianas. La apuesta de este año era volver al cartel internacional, además la cancha del Estadio Cincuentenario se articuló con Parque Norte para ampliar los espacios y dar mayor oferta a nuevas alternativas a los asistentes.
Lo nuevo en esta edición
Altavoz 2022 dispuso diferentes espacios para dar cabida a mayores expresiones. Primero, estaban los habituales escenarios; el principal que en esta ocasión se cobijó bajo el nombre de “Nos mueve la cultura”, el segundo escenario que recibió el nombre de “Escenario Radionica”; la música electrónica, que antes hacía parte de los dos lugares mencionados, tuvo su propio lugar convocando a miles de amantes al género y, como cuarto espacio, la tarima de Rap vs Trova que dio la oportunidad a aquellos amantes de la lírica improvisada.
Por otro lado, el Festival habilitó un punto de testeo de sustancias donde los asistentes podían llevar sus dosis y ser revisadas, analizadas y recibir recomendaciones acerca del consumo que llevaban y sus posibles peligros. Las habituales zonas de alimentación y emprendimientos también tuvieron cabida; además, Pilsen ubicó en el otrora escenario alterno, en la misma cancha de tierra donde en años anteriores salíamos embarrados hasta el pelo, un punto de venta de cerveza.
Un cartel cargado de nuevas propuestas y bandas reconocidas
Remitiéndonos al tema musical, partiendo del proceso más largo del festival, aquel que define a las bandas locales que después de diferentes filtros y los conciertos Ciudad Altavoz para ganar uno de los 28 cupos al evento internacional, pudimos ver propuestas que nos dan a entender que el trabajo para los jurados estuvo difícil; agrupaciones que sacaron a relucir sus mejores componentes y que demostraron por qué merecían estar allí. También, el complemento perfecto llegó de la mano de las bandas nacionales y los invitados internacionales que motivaron a antioqueños y visitantes a hacer presencia masiva en el Festival, una manera de volver con todo el pulso y dejar la vara alta después de tantas restricciones.
No podemos dejar de lado a uno de los visitantes más fieles del Altavoz, la lluvia; pues como se escucha entre los habituales asistentes, Altavoz sin aguacero, no es Altavoz. El 12 de noviembre, tímidamente apareció, pero se quedó, la llovizna que prácticamente acompañó gran parte de la jornada, en ocasiones limitó el trabajo de la prensa. Al día siguiente, la nube azaró bastante, pero finalmente la lluvia no llegó y al final del Festival, el día de cierre, un aguacero de aproximadamente 30 o 40 minutos se dejó ver, no obstante, la lluvia se fue y el espectáculo pudo seguir sin ningún tipo de contratiempo.
Nos vamos, pero volveremos…
Una vez más nos devolvemos para Armenia satisfechos de haber cumplido con nuestro deber, documentar e informar sobre estos procesos culturales destacados y que vienen haciendo la tarea como es. A la organización del Festival en cabeza de la Secretaría de Cultura Ciudadana y a todas las organizaciones vinculadas a Altavoz Fest, queremos dar las gracias por abrirnos las puertas una vez más, siempre nos sentimos acogidos y respaldados en nuestra labor periodística. Nos queda solo poner nuevamente el conteo regresivo y, como dice la canción de Mojiganga, Nos volveremos a ver…