ISSN 2027 - 3096
Pereira vibró con el Convivencia Eje Rock: dos días de música y diversidad sonora
El corazón de La Perla fue escenario de una de las celebraciones musicales que integra la programación de las Fiestas de la Cosecha: el Festival Internacional Convivencia Eje Rock 2025. Durante dos días el evento reunió a miles de personas alrededor de la fuerza del rock en todas sus vertientes.
El primer día del Festival estuvo marcado por la lluvia intermitente, pero el clima no impidió que la plaza emanara energía. El público permaneció firme frente al escenario hasta pasada la medianoche, acompañando cada acorde y cada riff. Esa resistencia fue también un gesto de compromiso: el rock sigue siendo para muchos, más que un género, un refugio identitario.
La segunda jornada tuvo como protagonista el buen clima, lo que permitió disfrutar de un cierre vibrante y fluido. Bajo un cielo despejado, se desarrolló una programación que puso en diálogo propuestas contrastantes, desde el rock y metal clásico hasta fusiones más contemporáneas, confirmando que el festival ha sabido adaptarse a las transformaciones de la música sin perder su esencia.
Un cartel de múltiples acentos
Un aspecto llamativo de la edición 2025 fue su cartel, que equilibró la presencia de agrupaciones internacionales con proyectos nacionales y locales. Sobre el escenario se encontraron bandas con trayectorias consolidadas y otras emergentes, que demostraron la riqueza del panorama sonoro actual.
El componente internacional sumó peso y atrajo la atención de quienes viajan cada año para ser parte de esta experiencia. Artistas provenientes de distintos rincones de América mostraron un repertorio cargado de potencia, abriendo diálogos musicales que conectaron con el público más allá de las barreras del idioma. Esa diversidad reflejó también la apertura del Festival hacia nuevas audiencias, que buscan un espacio donde el rock fluya constantemente.
Las agrupaciones nacionales, por su parte, confirmaron la solidez de una escena que ha sabido renovarse. Desde proyectos con reconocimiento en festivales de gran escala hasta bandas que comienzan a expandir su alcance. La presencia colombiana fue clave para mostrar que el país cuenta con propuestas capaces de compartir escenario con referentes internacionales sin desentonar.
El talento local del Eje Cafetero también brilló con fuerza. Varias agrupaciones de Pereira encontraron en el Festival la vitrina perfecta para mostrar su trabajo, conectando con un público que celebró esas apuestas cercanas como parte de un proceso cultural de largo aliento.
Sonido, luces y experiencia colectiva
Uno de los aspectos más destacados por los artistas fue la calidad técnica del montaje, lo que permitió que cada presentación tuviera impacto en los espectadores. Para el público, esto se tradujo en una experiencia sensorial intensa, en la que la música se amplificó en su máxima expresión.
Las ruedas de prensa, la cobertura de medios y el eco en redes sociales también contribuyeron a multiplicar la experiencia. Aunque la plaza fue el epicentro de la estridencia, Pereira se impregnó de la atmósfera del Festival, convirtiéndose en lugar para conversaciones, encuentros y memorias compartidas.
Texto y fotos
Christian Acuña
Músico, fotógrafo y voleibolista rodillón.