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Víctor Gaviria escritor, reflexiones sobre la imagen

 Texto: Christian Acuña  
 Fotos: Jorge Mendoza y Christian Acuña  

En el marco del Encuentro Nacional de Escritores Luis Vidales, y como complemento del Cine Foro sobre Rodrigo D: No Futuro, se realizó una charla con Víctor Gaviria sobre su faceta de escritor en Pensamiento Escrito Librería y Café.

En su conversación con el periodista Juan Felipe Gómez, Gaviria hizo un recorrido sobre su vida haciendo énfasis en sus experiencias como escritor con “El campo a fin de cuentas no es tan verde” y “El pelaito que no duró nada”, sin dejar de lado su faceta de cineasta y como todas estas experiencias han alimentado sus obras.

Un recorrido por momentos, historias y personajes que marcaron su juventud, su vida y su futuro.

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#Crónica

Conversaciones sobre el No futuro

Resulta extraño que uno de los factores comunes que ha acompañado, en mi caso, la película Rodrigo D: No futuro, es la lluvia. Sería el año 2005, si la memoria no me falla, cuando en plena adolescencia y con mi grupo de amigos del momento la parchamos un día en casa de uno de ellos a escuchar música y ver películas.

La lunada prometía, pero el aguacero que cayó ese día nos obligó a abandonar el gran patio, o el solar como lo llamaban los abuelos, típico de esas casas del Valle del Cauca de antaño, con árboles frutales y uno que otro cuarto de reblujo.  Esa noche, por primera vez, sabría de la vida de Johncito, Monra, Rodrigo, Vicky, Piedad, entre otros personajes que aparecen en la película.

Allí me di cuenta que lo que había visto iba más allá de ser alimento visual de un parche de pela’os en búsqueda de experiencias y que en su punto más marcado de “irreverencia” había descubierto una película de peludos y punkeros parecidos a nosotros… Parecidos en aspecto, porque éramos una gallada sin lujos, pero con algunas comodidades, contrario a lo que ilustra la producción cinematográfica.

Comprendimos y no comprendimos cómo dos mundos tenían un punto en común, el no futuro de la juventud de las zonas deprimidas de Medellín. Por un lado, la muchachada que al no tener mayores oportunidades, la delincuencia y la droga los consumía a tal punto de desaparecerlos del mapa. Y también la vida de los jóvenes que a través del arte buscaban una ruta de escape al flagelo ya mencionado; la música sería el medio para escupir al viento sus desgracias e inconformidades con la sociedad. Comprendimos y no comprendimos, porque aún, en tiempos actuales, parece que algunos de estos aspectos no cambian.

Once años después y la energía intacta...

Otra experiencia cercana con Gaviria y algunos integrantes de sus elencos fue la versión 2016 del festival Altavoz Internacional, cuya edición tenía en su cartel el tributo a Rodrigo D: No futuro. En tarima se dieron cita muchos de los músicos que aparecen en la banda sonora – incluido Ramiro Meneses – recordando esa época de toques en balcones con la Medellín de los ochenta de fondo, los jeans rotos, las chaquetas y las letras marcadas por la crítica y el desasosiego del ultra metal y el punk medallo; no importaba la técnica, el virtuosismo, lo importante era hacer música.

Con un Víctor Gaviria desde el público haciendo registro con su celular y un fin de semana pasado por agua, a tal punto que en uno de sus días la programación tuvo que parar por espacio de una hora y media, otra vez pude vivir, esta vez más cercana y en su ciudad de origen, la experiencia que me dejó Rodrigo D.

Comprendía y no comprendía cómo un grupo, de ya no tan jóvenes, conservaba esa energía y ganas de gozarse el escenario después de recibir, o seguir recibiendo, tantos golpes del día a día. Volví a Armenia con la idea en la cabeza que tal vez de eso se trata la vida.

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En el Vidales con Gaviria, Rodrigo… Y la lluvia otra vez.

Íbamos desde Armenia, con Jorge y Johan nos habíamos puesto cita en el Éxito Cristal, punto de referencia ampliamente conocido por los residentes de la capital quindiana, la idea era irnos a las 5:30 p.m. a Calarcá para asistir al cine foro con Víctor Gaviria, moderado por un colega cercano, Robinson Castañeda; todos llegamos a la hora indicada, inclusive “El Gordo”, que tenía compromisos institucionales y nos dijo que si no alcanzábamos a vernos allá nos caía.

La lluvia había estado intermitente durante el día, de esas jornadas donde no sabés si ponerte ropa negra o blanca, si sacar chaqueta o cargar sombrilla. El viaje es relativamente corto si el trancón de La María deja bajar y subir el trayecto que separa ambas ciudades ágilmente, por eso nos fuimos con una hora de antelación.

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La vuelta rindió y fue rápida, caminamos desde la galería de Calarcá hasta los billares Momos para tomarnos un café antes de entrar. Otra vez vería a Johncito, Monra, Rodrigo, Vicky, Piedad y todos ellos. Con una corta intervención Víctor y Robinson dieron la antesala a la película, contaron algunos detalles a tener en cuenta previamente, de hecho, veríamos una versión mejorada, restaurada… se apagaron las luces y se dio play a la computadora.

  • ¿Entonces qué, loco? yo a vos te distingo, ¿sos el baterista de una agrupación de punk, si o qué?

  • Botado estás vos, estoy yo y estamos todos.

  • ¡Hacéle pa’llá, hacéle pa’l rincón, marica! ¿Te vas a hacer matar pues?

  • ¡Te vas, te vas pues! Chandoso, cocinero Jiquerón.

  • Entonces qué loco, ¿Qué vas a poner? – Ses pistol (Sex Pistols).

  • Ese man si vende eso se la vende a un metalero, hermano. Porque como usted sabe los punkeros son una mano de aparecidos…

  • ¿Chatarra? ¿Por qué te da risa, ome? Chatarrero vos, gonorrea.

  • Soltála que es de las ánimas… - ¡Agh! este marica hijueputa… ¡Dejá la bulla, maricón!

  • Entonces qué, ¿Me vas a dar unas clases de solfeo?

  • Marica, hijueputa; si quiera te fuiste guevón. Lo hiciste a lo bien, pobres guevones los que están aquí, hermano.

  • Noooo, bien, si quiere no se encalete… Consígase una máscara, seguro. Consígase una máscara y se puede parchar por aquí… Maricón.

  • Vos sos que traido, que regalo… lo, loca.

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Luego de hora y media mal contada, las luces volvieron a encenderse… hablemos del guion, hablemos de Rodrigo y la persona en la que se basa el personaje, hablemos de la banda sonora, hablemos… hablemos… hablemos; cada pregunta y respuesta soportaba o contradecía cosas que tenía en mente, después de todo les dije que comprendía y no comprendía, ¿Cierto?

Nos tocó salir corriendo a Jorge y a mí porque el servicio de transporte se pone pésimo de noche, Johan es de Calarcá entonces no tenía tanto afán. Abordamos finalmente el bus y comentamos durante todo el trayecto sobre lo acontecido, le dije a Mendoza que a mí me dio la impresión que fue más corta la película, aunque no vi, o por lo menos no fue evidente, que cortaran alguna toma de la original. Tal vez, después de tanto tiempo que ha pasado, las cosas no han cambiado; o peor aún, se volvió algo tan repetitivo este tema del no futuro que ya lo normalizamos, ya no impacta.

Comprendo y no comprendo, porque cada vez que hablo de esto, llueve. Hoy tenía en mente escribir sobre el cine foro y amaneció cayendo un aguacero… ¿Coincidencia? No lo sé, solo sé que finalmente lo hice, pero termino este texto con una nube oscura de grandes proporciones cubriendo y opacando los cristales de las ventanas de este apartamento… Va a llover otra vez.  

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