MARTES DE ALARGUE
19-mayo-2020
Y seguimos encerrados, aunque no todos. Con las extensiones de la cuerentena, también se han bajado las restricciones a ciertos sectores; por supuesto, Colombia no se puede detener y menos cuando su economía es, en mayoría, informal. Al Departamento Nacional de Estadística conocido por sus siglas como DANE le gusta mostrar cifras de empleo y desempleo que nos confunden. Para ellos, al parecer, una persona que lave un carro ya está laborando y declara renta, y es estable y paga servicios y vive bien, normal, como cualquier otro ciudadano. Entonces las cifras varían cada año dependiendo de cuantos carros se pudieron lavar, cuántas casas se pudieron pintar o cuantas motos se ayudaron a parquear. Ah, bueno, y cuantas gomitas, Bonice, protectores de celular, minutos, matazancudos, lapiceros, linternas, memorias USB, discos compactos piratas, camisetas, zapatos, maní dulce y salado, chocolatinas y chitos se vendieron en buses, calles y carreras. Así es que nada, la ciudad, para ellos, sigue moviéndose.
Varios amigos han regresado a su labor desde la presencialidad. Eso sí, con todas las normas de protección y desinfección. Al lado de mi casa, las uniones temporales pegaron informaciones en donde se establecieron zonas de limpieza, de desinfección y la descripción de sus protocolos de seguridad. Algunas suben hasta el túnel y otras están por las carreteras. Desde las cinco de la mañana llegan los trabajadores con sus tapabocas, guantes y sus gritos. La normalidad regresó también a mi calle.
En las historias de Facebook o Instagram, varios conocidos han subido imágenes y videos trabajando en sus oficinas, mostrando sus tapabocas de Bob Esponja, del Hombre Araña o los grises y negros, de tela o quirúrgicos. Yo también compré tapabocas de colores por aquello de combinar y cambiar pues he salido mucho a causa de un proyecto audiovisual que estoy haciendo con unos amigos. El tapabocas ya es el nuevo accesorio permanente para los próximos años.
A muchos les he preguntado cómo ha sido el regreso, qué cosas han cambiado, cómo se han adaptado y qué hacen. Una de ellas me contó esto:
‘Tenemos un proceso de desinfección a la entrada. Pusieron como una duchita de desinfección. Te tomas la temperatura con la pistolita y lo anotas, luego te lavas las manos, desinfectas tu puesto, algunos tienen unos zapatos como “Crocs” y otros los estamos esperando, porque tienes que dejar los otros en la entrada. Nadie puede ir a la tienda. Solo se ingresa a las 8 a.m. y se sale a las 5 p.m. Cualquier domicilio se desinfecta. Todos los días son iguales. En la empresa somos como 60 personas, pero ahora solo venimos 20. Tenemos los puestos separados y toca desinfectarlos todos los días. Las señoras del aseo también mantienen todo súper aseado. El aire acondicionado esta purificado. Nos dieron tapabocas N95 y cada uno tiene sus pañitos, alcohol y gel’
Durante las salidas que hemos realizado con el proyecto, recorrimos Armenia, Quimbaya, Calarcá y algunas veredas. Es real eso de que somos animales adaptables, Darwin tenía razón, todos salen con su tapabocas y su paranoia en la cara. Otros sin tapabocas, sin camisa y en moto. Pero la mayoría de personas, negocios y sistemas de transporte se han adaptado totalmente a esta situación que todos sabemos no terminará este mes, ni este semestre, ni este año. El presidente ya ha aumentado dos veces el asilamiento desde que se inició esta bitácora. Estamos a la espera de que ahora se extienda hasta el 7 de junio, aún no hay una versión oficial pero los medios han estado diciendo cosas sin una certeza concreta, como siempre. Aunque hace unos minutos afirmaron que seguimos hasta el 31 de mayo.
Es muy difícil ver amigos que han cerrado negocios, que han cambiado de labor, que empezaron a repartir productos y alimentos porque en sus empresas los despidieron. La situación no es buena para nadie, algunos tienen privilegios y situaciones cómodas, y desde ahí a veces criticamos, desde el desconocimiento, a quienes no se pueden detener y quedarse en la casa. La normalidad hizo que esta semana compráramos mazamorra en la casa, que escuche todos los días al vendedor de subidos, que una empresa de alimentos tenga vendiendo pollo puerta a puerta, que las verduras lleguen hasta la casa. Que quizás regrese el litro de helado a mil pesos o que las panaderías retomen los panes de doscientos para ayudar a quienes no pueden comprar. Muchos restaurantes, cafés y ventanillas han adaptado su menú para atender por domicilios. En las calles se ven más motos de lo normal con las cajas de Rappi, Uber Eats y demás, en Calarcá no. Aquí no tenemos ese beneficio. Pero lo que digo es que cada día y mientras la cuarentena se siga extendiendo, más personas, tiendas y negocios se tratarán de adaptar para poder abrir, para reabrir, para no morir o desaparecer.
Los días se siguen yendo y el presidente sigue con sus discursos, sus programas y sus inversiones en imagen. La plata del acuerdo de paz firmado con la antigua guerrilla de las FARC ha sido puesta para que veamos publicaciones gubernamentales de confianza en nuestra Señora de Chiquinquirá y otros santos tan propios del moralismo y la camandulería de este gobierno que nos tocó. No critico el hecho, critico la forma tan estúpida de mostrar que ni el gobierno sabe qué hacer con toda esta situación y como siempre nos venden la fe para que nos calmemos. Seguimos esperando políticas reales, seguimos esperando que todo termine, seguimos esperando volvernos a ver, seguimos esperando que pase algo diferente a todo lo que diariamente sucede en este país del Sagrado Corazón de Jesús que tiene, además de todo, una pandemia encima donde se protege al ejército y se manda a la muerte a los médicos. Seguimos esperando, encerrados, aunque no todos, obvio.
SOBRE EL AUTOR
Johan Andrés Rodríguez Lugo
Futuro Comunicador Social Periodista Universidad del Quindío.
- Tomar café, comer mucha pasta, la música, los libros, los viajes, cosas simples y también algunas complejas - “No es que una quiera es que toca, entonces tin”-
Contacto:
Facebook: https://www.facebook.com/johanandres.rodriguezlugo
Twitter: @UnJohanTin
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