JUEVES
26-marzo-2020
El celular me despertó, pero la alarma no sonaría hasta treinta minutos después. Las notificaciones de los periódicos El Tiempo, El Espectador, la revista Semana, Noticias UNO, Publímetro, 180 grados, La Crónica del Quindío y El Quindiano están activadas desde hace una semana. Eso sin contar que en Twitter tengo de contacto favorito y activados los trinos del Ministerio de Salud, también empecé a seguir a “my president”, como si este no me siguiera, no nos siguiera. Eran las siete de la mañana y El Tiempo informaba la noticia del día:
El Gobierno de Donald Trump acaba de oficializar una recompensa de 15 millones de dólares por la captura del presidente de Venezuela Nicolás Maduro a quien señala de liderar una red que se lucra del narcotráfico y que auspicia el terrorismo en todo el continente.
Delicadísimo – pensé – en plena crisis en Estados Unidos y su presidente inicia nuevamente la perseguidora. Habrán pasado apenas unos cuantos minutos, tal vez una hora, no sé. Pero en Twitter el “Presidente Eterno” no se hizo esperar y twitteó como debía:
“Ojalá a Maduro y cía los capturen rápidamente,
de lo contrario nos ponen en mayores dificultades!"
Tampoco sigo al “Gran Colombiano”, dejé de hacerlo desde aquella vez que, en una rueda de prensa en su potrero, donde atendió a diferentes periodistas, afirmó que él no leía los comentarios que le hacían en twitter porque lo trataban muy mal, que se dedicaba a escribir y a comentar. Y obvio, a designar el mensaje del día para su bodeguita, como dice un youtuber: eso no lo muestran, pero eso pasa. El tweet del dueño de El Ubérrimo me llegó gracias al algoritmo.
Luego de leer las notificaciones, me levanté de mi cama, la tendí, me bañé, me arreglé, hice café, saqué pan, jamón, queso y mantequilla. Me senté en la silla del escritorio. El fin de semana hicimos aseo general a la casa, en mi cuarto decidí cambiar de ubicación varias cosas, una vaina revolucionaria, tal cual como ese cuento de Slawomir Mrozek, yo también tenía la cama aquí, el armario allá y una mesa ahí. Pero aprovechando la limpieza y la bañada en alcohol de la casa, decidí, como el autor, poner la cama allá, la mesa aquí y el armario ahí. Era mejor, el teletrabajo me lleva a tener muchas video llamadas y es conveniente mostrar una pared blanca en la pantalla. Mi computador tenía un adhesivo en la cámara y otro en el micrófono, sí lo sé, también me gustó Black Mirror, ahí aprendí. Sin embargo, esta semana también me deshice de este y comprobé que tenía una cámara muy buena y que el micrófono del computador me servía hasta para grabar voz en alta definición, tiene un programa para editar, ¡una maravilla!
Empecé a trabajar, leí, escribí, edité, miré, revisé, leí, me asusté:
El ministerio reporta en este momento más de 490 casos confirmados en Colombia. Hasta ahora, eso sí, entiéndase casos confirmados hasta este momento, la curva de contagio no ha llegado a su cima y aún no tenemos ni idea de quiénes estaban contagiados antes de esta semana, de estos tres días, ayer, hoy, no lo sabemos. Luego revisé una publicación de 180 grados:
La enfermedad ha logrado contagiar a 488.648 personas, de las cuales 115.397 han logrado curarse, mientras 351.178 permanecen enfermas. Los datos mundiales además arrojan que el Covid-19 ha cobrado la vida de 22.073 personas, para una tasa de mortalidad del 4,52%, mientras la tasa de recuperación es del 23,62% hasta ahora. Los países con más muertes son Italia, España y China, aunque en los últimos días Francia, Estados Unidos y Alemania han crecido de manera alarmante la cantidad de fallecidos.
En Colombia se espera que los picos de la enfermedad se alcancen entre la primera y segunda semana de abril, por lo que mantenerse en casa será indispensable.
Estamos claros en que esta cuarentena irá mucho más allá del 19 de abril, ¿cierto? Si no, aquí les dejo el dato. Además, nos enteramos que uno de los muertos en Bogotá, estuvo de visita en el Quindío porque unos familiares llegaron de Estados Unidos, vino a verlos, a saludarlos, quizás a abrazarlos y a besarlos y luego se devolvió a Bogotá. No sabemos si Don Segundo, como se llamaba el hombre, viajó en bus o en avión, tal vez pasó por las calles de Calarcá y Armenia, se sentó en algún café, en algún restaurante, saludó a vecinos, amigos y conocidos, tocó paredes, puertas y ventanas. Tal vez pasó por mi lado, por tu lado, por el lado de tus amigos, vecinos y familiares. Tal vez yo esté en incubación, tal vez lo estés tú, tal vez solo sea un dato, un muerto, tal vez no. ¡Quédate en tu casa!
Seguí trabajando, leyendo, mirando. Almorcé, reposé, dormí, escuché música, hice más café, serví otro café y luego otro café.
Llegó la noche y con ella la respuesta de Maduro:
"Así se lo digo: 'íEres un miserable, Donald Trump!'.
Él actúa no solo como un cowboy, racista y supremacista,
él maneja las relaciones internacionales como un extorsionador"
Está lloviendo, hace rato que no caía agua, los calores han sido fuertes, se siente el bochorno y de nada sirve, ya vimos que el virus no le teme a las altas temperaturas, tampoco se comportó diferente en el trópico, mucho menos distingue entre ricos, pobres, feos, reyes, alcaldes y secretarios de salud. Es totalmente democrático, lucha por vivir, como nosotros, y al parecer, lo hace mejor que nosotros, la tiene muy clara, vamos perdiendo. Hoy termina el cuarto día de esta semana, mi curva de contagio todavía está por reventar, la incubación no ha terminado, mi ropa está esperando para ser quemada. Aquí seguimos encerrados, encuartelados, con provisiones o sin ellas, aquí seguimos y aquí estaremos. Aunque bueno, esto también pasará.
SOBRE EL AUTOR
Johan Andrés Rodríguez Lugo
Futuro Comunicador Social Periodista Universidad del Quindío.
- Tomar café, comer mucha pasta, la música, los libros, los viajes, cosas simples y también algunas complejas - “No es que una quiera es que toca, entonces tin”-
Contacto:
Facebook: https://www.facebook.com/johanandres.rodriguezlugo
Twitter: @UnJohanTin
Instagram: @Johan_RL
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