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El ser humano y el fútbol

Ed. 9

Abrimos la novena edición de la revista El Rollo para hablar de un tema con el que todos, de una u otra forma, tenemos contacto, el fútbol.

 

En Latinoamérica es el deporte rey, las secciones deportivas en los noticieros ocupan más de la mitad de su contenido en hablar sobre ligas, campeonatos, amistosos y demás. Existen un gran número de programas de opinión sobre fútbol, más que para otros deportes.

 

Colombia no es la excepción, respiramos y nos venden fútbol todo el tiempo, incluso hay deportes que a nivel internacional nos han dado más logros como el patinaje o las pesas, pero aún no logran captar el fervor total del colombiano que se deja llevar por la fiebre de fútbol que le inyectan los medios de comunicación.

 

Incluso aquellos que no gustan de este deporte deben cambiar actividades y horarios para acomodarse a las transmisiones de los partidos que terminan afectando las parrillas de programación de los canales.

 

Entonces surge una pregunta: ¿qué lugar ocupa el ser humano en el fútbol? Es importante preguntarse esto ante esta oleada de jóvenes que buscan una oportunidad en los equipos profesionales, rompiéndose el lomo por una oportunidad y a los cuales los remuneran con agua y el pasaje para los entrenamientos. Con anhelos de llegar a ganar algún día lo que reciben Messi, Kaká ó Radamel Falcao, frente a la difícil situación de los equipos del rentado nacional, la mayoría con un déficit que amenaza quiebra.

 

En un mundo con tantas necesidades es irónico ver las cifras económicas con las que se compran jugadores, cifras que cada día crecen, como si estuviesen en una competencia de poder, que contrastan abruptamente con el nivel y calidad de vida de los seres humanos comunes y corrientes que escasamente sobreviven con lo que pueden.

 

Un hecho no menos significativo es la manera como son tratados los jugadores de fútbol que gracias a su potencial y habilidad son representados por personas que los manejan a su antojo, vendiéndolos como mercancía en los mercados nacionales e internacionales, sembrando ilusiones de fama y dinero que terminan por corromper sus ideales, dejando atrás la pasión por su profesión para ser esclavos de una mina de oro, que en muchos casos, no dura.

 

En un año con tanto fútbol, una Copa América que hace poco terminó, dos mundiales, uno femenino donde nuestra selección fue eliminada en primera ronda, el mundial Sub- 20 de la FIFA cuya sede es Colombia, con inversiones astronómicas para ciudades con un alto grado de desempleo y pobreza como Armenia y Pereira, con la liga colombiana y las eliminatorias al mundial Brasil 2014 a punto de iniciar, dejamos a su consideración estas reflexiones en las que sus autores tratan de encontrar el papel que juega el ser humano en el fútbol.

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