top of page

Mi segunda vez en el Grita Fest

Una de las fiestas más grandes del país

Luego de una para de tres años volvió a abrir sus puertas, para propios y extraños, uno de los festivales musicales más importantes de Colombia, el Grita Fest de Manizales, que con 15 años de existencia, se erige como una plataforma de integración social, donde por medio de la expresión musical, se permite la convergencia de la diversidad cultural y social.

Antes de iniciar este relato que trata de recopilar la experiencia de alguien que disfruta en todos los sentidos de la música estridente, debo explicar desde un punto de vista personal porque el Grita Fest es uno de los festivales culturales con más relevancia en el país, y la fórmula es bastante sencilla, el respeto profesado por los artistas y asistentes, enmarca una especie de mística, que sin importar en qué lugar del mundo se encuentre ubicado nuestro hogar, en algún momento de la estadía es muy fácil creer que se está como en casa.

 

Una vez dicho esto, procedo a presentarme, soy J. Hernández Parra, tengo 37 años y actualmente resido en Ibagué. Coincidencialmente, el festival de Manizales se cruza con uno de los eventos que congrega a una gran cantidad de amantes del rock de la Capital Musical. Perfectamente podía haber asistido a este, sin embargo, la tentación de volver a un lugar en el que alguna vez fuimos extremadamente felices, me atrevo a asegurar, es una de las encrucijadas en la que por lo menos por una ocasión en la vida todos nos vamos a encontrar. Yo sucumbí, otra vez, ante esto. 

La mejor primera impresión

 

Bueno, por cosas de la vida, y de mi labor, por allá en 2019 se presentó la posibilidad de cubrir este evento, Grita Fest. Si bien el desplazamiento desde mi ciudad de origen pudiera resultar algo tedioso, con el atractivo cartel de artistas de aquel entonces, y yo con 3 años menos, decidí embarcarme en esta aventura, la cual debo admitir, no fue nada fácil.

 

No obstante, no quise emprender este viaje solo, así que le propuse a mi copiloto en la vida que me acompañara. Ella, una enamorada de Manizales, aceptó sin titubear, así que alistamos maletas, equipos, la moto, y viajar. 

 

El primer Grita Fest fue una experiencia inolvidable, yo con una inclinación más punkera, me sentí completamente emocionado de poder ver en el escenario a ‘Subversión X’, cuyas canciones escuchaba desde varios años atrás en la casa de los parceros, en la banqueta de algún parque o tirado en cualquier andén de una noche fría. Y al observar los rostros del público asistente, reconocí ese mismo sentimiento en los demás.

 

Pero la mayor sorpresa, estaba por llegar, muchos de los crestones de ropas coloridas y de borceguies roídos, no abandonaron el sitio de manera inmediata, siguieron escuchando las propuestas de otros géneros musicales. En ese punto me percaté, que no solo eran los punkeros, metaleros, raperos, en fin, gente con pintas diversas, todos coexistiendo de manera armónica, atrapados en un ambiente real de convivencia. Algo raro, me dije.

Más volumen, más ánimo

Para llegar al Grita Fest de este año, viví una situación un tanto similar. Tuve que debatir el asistir al festival de mi ciudad o reencontrarme con la Ciudad de las Puertas Abiertas. El gancho, una vieja banda de punk, la fórmula, entregar un contenido tan variado que asegure el goce con cada una de las presentaciones.

 

Este año fue ‘Animales Muertos’, pero no solo ellos, también ‘Lo Ke Diga El Dedo’, ‘Los Cafres’ y muchos otros nuevos artistas bastante interesantes. Ya con la decisión tomada, solo hubo que ojear el resto de artistas del cartel del festival, propuestas nuevas entrelazadas con bandas con trayectorias de décadas. 

 

Grita Fest no solamente le estaba apostando a la diversidad musical, había trascendido las barreras del tiempo, y poder apreciar a los ‘pelados’ disfrutando bandas con más años de trayectoria que los de ellos en la tierra, hizo que todo valiera la pena una vez más.

 

No solo fueron los jóvenes, nosotros, los de casi cuatro décadas encima, nos gozamos ese parche de principio a fin, tal vez con un poco más de mesura, no vaya ser y nos duela la espalda… no, mentiras ¡Vamos pa’l pogo!

Y que cumpla muchos más

15 años de esta celebración. Pueden parecer pocos, pero para todos aquellos que han luchado por mantener sus ideales, y más aún, hacerlos perdurar en el tiempo, sabrán reconocer la importancia de esta apuesta por la diversidad musical y cultural.

 

Así de esta forma, revalido mi posición de afirmar que el Grita Fest es uno de los festivales (financieramente asequibles), más importantes del territorio colombiano. Con carteles de lujo, que no discrimina entre edades o trayectorias, con espacios que incitan al respeto de las diferencias, tal vez, la consigna verdadera para un cambio social.

 

Van dos veces que tengo la oportunidad de disfrutar de esta fiesta, espero sean muchas más. Y a quienes no conozcan sobre el Grita Fest, les quiero proponer que se atrevan a acercarse, les doy mi palabra de que no se van a arrepentir, es un parche sabroso, en una de las ciudades más amables que he conocido, ¡se los juro!

Posdata

Y como después de conocernos desde hace ya algún tiempo, puedo considerar que casi somos familia, te dejo este pequeño, pero sentido mensaje: Grita… te deseo un feliz cumpleaños, que la pases bien, muchos éxitos. Perdona lo poquito del regalo, pero te aseguro que te llevo siempre en mi corazón. Atentamente: J, Linita y los niños.

Texto y fotos

Jonathan Hernández Parra

bottom of page