top of page

El Rollo, revista para el diálogo

Ed. 1

El rollo ha de ser abierto, el rollo ha de ser leído.

 

“Le dieron a leer el libro del profeta Isaías y al abrir el rollo encontró el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí…luego cerró el libro…y comenzó hablar diciendo: Hoy mismo se ha cumplido esta escritura delante de Ustedes”. (Lc., 17ss)

 

 El contenido del rollo ha de ser difundido.

 

“Vayan por  el mundo entero y anuncien a todos este mensaje de salvación" (Mc16, 15). A menudo en la historia se ha querido confinar el anuncio de Jesús de Nazareth  en las iglesias y en las conciencias produciendo que el hombre se aleje desde el lugar donde se consideraba seguro en una sociedad animada por principios cristianos hacia un espacio incierto, hacia una incógnita, sin unas normas aceptadas por todos.

 

  El “pensamiento fuerte” que durante la historia de la humanidad había permitido al hombre anclarse en algo definido como el fin, la unidad, el ser, está siendo resquebrajado por el “pensamiento débil” que postula la destrucción nihilista de las categorías. Se vive en la anomía.

 

  No obstante esto hay quienes afirman que los últimos milenios han tenido, como lo tendrán los próximos, la influencia de un “pensamiento fuerte” propuesto por el cristianismo fundado sobre su original pretensión de sus orígenes: anunciar la verdad.

 

Pues, “el esplendor de la verdad brilla en todas las obras del Creador y, de modo particular, en el hombre creado a imagen y semejanza de Dios, porque la verdad ilumina la inteligencia del hombre…” (Veritatis splendor)

 

Ninguna otra afirmación, como la pretensión de anunciar la verdad, puede hacer reaccionar tanto en pro o en contra. De hecho afirmar el contenido del cristianismo parece despotismo. Porque se trata de  prestarle fe y credibilidad a alguien que un día afirmó:

 

“Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn.14, 6)

 Posición que si embargo  ni siquiera fue puesta en duda por Karl Marx cuando escribía:

“No hay superación dialéctica del cristianismo. Es el punto final del pensamiento religioso. Más allá del cristianismo, la nada”, (Karl Marx).

 

Una insidiosa deslealtad cultural ha hecho posible, en parte por la ambigüedad y la fragilidad de los cristianos, la difusión de una vaga idea de cristianismo como discurso, doctrina, y, por consiguiente, incluso fabula o moraleja mientras es ante  todo un hecho. El hecho histórico de  un Hombre que ha entrado en la categoría de los hombres hasta el punto de poner a la humanidad, durante siglos, frente al dilema del humanismo ubicándola entre la opción del antropocentrismo o del  teocentrismo.

 

Pero hay que reconocer que la racionalidad cultural actualmente emergente ni si quiera es antropocéntrica sino más bien antropofóbica pues el centro lo ha ocupado la tecnología.

 

Por este motivo el Rollo quisiera ser un instrumento de “diaconía de la verdad” para la construcción de un nuevo humanismo que ponga al centro al hombre desde su concepción, porque ya es hombre aquel que lo será, hasta su fin natural porque “todo fue creado en El y para El. El es antes que todo y todo subsiste en El” (Col. 1,16-17) siguiendo aquel personaje histórico que partió la historia de la humanidad en dos, antes y después de El: Jesús de Nazareth.

bottom of page