Conocí a Archie y a los Ramones antes de que se conocieran entre sí.

Rock, rock, rock, rock 'n' roll high school/
Well, I don't care about history/ Rock, rock, rock 'n' roll high school/ 'Cause that's not where I wanna be/ Rock, rock, rock 'n' roll high school/ I just wanna have some kicks/ I just wanna get some chicks/ Rock, rock, rock, rock, rock 'n' roll high school/
Archie Andrews estaba a prueba en un periódico local, tratando de parecer un periodista serio (aunque usaba su pinta retro de los 60, lo que hoy llaman vintage, y se sonrojaba al ver a Veronica[1] o a Betty). No era el único interesado en el puesto: su competencia, un tipo de buena facha y muy a la moda, decidió que, estando en verano, la mejor oportunidad para una gran noticia era ir a la playa, porque allí estaban los surfistas, las chicas, y, muy seguramente, las mejores historias en esa época del año.
Archie en cambio, tomó su libreta, su olfato periodístico y se fue a recorrer el vecindario. Al hacerlo, no tardo en notar algo sospechoso: una serie de arreglos de vías muy selectivos. Al seguir el rastro descubrió una joya digna de ese verano: las calles que se están arreglando pasan justo frente a las casas de los familiares y amigos del gobernante del momento, y…
Sugar/ Oh, honey, honey/ You are my candy girl/ And you got me wanting you/
Honey/ Oh, sugar, sugar/ You are my candy girl/ And you got me wanting you/
Su reportaje fue primera página de la siguiente edición del diario y, de paso, le aseguró el puesto.
¿Por qué me llamó la atención? No tengo la menor idea, al menos en ese momento no la tenía. Supongo que cualquier parecido con nuestra realidad es mera coincidencia. Quizá, sin saberlo, el bichito el periodismo ya se me había metido. Y que conste que Archie no ha viajado a Colombia, por si acaso.
Y así legué a conocer no solo a los personajes de esta historia, sino también a la banda The Archies —Los abuelos de Gorillaz, podría decirse; pero esa es otra historia—. Todo gracias a una historieta de la colección de comics que tenía uno de mis tíos, «en esos gloriosos» tiempos donde las revistas se vendían en quioscos, y el papel olía a esa mezcla de tinta y nuevo. La ficción se daba el lujo de no usar efectos especiales, y se permitía estar al alcance de la economía popular.
Tiempo después pude disfrutar de los capítulos de las diferentes series animadas como El Show de Archie, Archie's TV Funnies, The US of Archie y The New Archie and Sabrina Hour. Y para no perderse ningún capítulo era necesario madrugar los sábados, solo para ver cómo Archie metía la pata —otra vez— con Betty y Veronica. Un triángulo amoroso eterno, con una banda de garaje como fondo. ¡Maravilloso!
A pesar del paso del tiempo, las cosas realmente importantes se mantienen. A veces parece que lo único que pasa… es el tiempo. En mi caso, los Ramones, el CBGB, Archie y los viajes en el tiempo son cuatro pasiones que se niegan a caducar. Y puedo darme por bien servido: las encontré todas juntas en un mismo lugar, el cómic Archie meets Ramones.


La primera vez que escuché Ramones fue en un casete de esos que se regrababan para los amigos, porque en esa época los acetatos eran el Santo Grial: se admiraban, se adoraban… pero jamás se prestaban. El tiempo siguió su curso (más rápido que los acordes de Jhonny Ramone) y así llegaron los 50 años del primer concierto de los Ramones en el templo del punk, el CBGB & OMFUG.
Por esa razón, el 16 de agosto de 2024, New York vistió su chaqueta de cuero, sus jeans rotos y toda su nostalgia para conmemorar la fecha: hubo desde viajes temáticos en el NYC Ferry a Rockaway Beach hasta la proyección del documental de 2003, «End of the Century: The Story of the Ramones». Porque, si algo dejó claro esta banda, es que la historia también se puede mover a tres acordes por segundo.
Creada en 1974, la banda neoyorquina logró alcanzar su reconocimiento después de esta presentación, manteniéndose activa —con muchos cambios en su alineación, pero recordando siempre a la cuarteta original: Johnny, Joey, Dee Dee y Tommy, y a la que más tocó junta: los tres primeros junto a Marky— hasta 1996. Cerraron su discografía en 1995 con el álbum «¡Adiós Amigos!» (título que, por una vez en la historia del rock, era literal) y un año después dieron su último concierto, el 6 de agosto, en el Palace de Los Ángeles, cerrando así una trayectoria de 22 años a todo ritmo.
Por su parte el CBGB, el templo sagrado del punk que albergaba desde desarrapados poetas con reseca hasta genios desafinados, cerró sus puertas el 15 de octubre de 2006. El último ritual corrió a cargo de Patti Smith como artista principal, acompañada por Flea de los Red Hot Chili Peppers y Richard Lloyd de Television[2]. El lugar, fundado por Hilly Kristal y que abrió sus puertas el 10 de diciembre de 1973, sucumbió no por decadencia musical, sino —como si de un mito urbano se tratara— por una disputa de supuestos arrendamientos no pagados.

Un par de recomendaciones… o de pronto no tanto. Alan Rickman encarna a Hilly Kristal en la película CBGB de 2013. Sí, el mismo Rickman, Severus Snape para los amigos de Hogwarts, que aquí se reencuentra con Rupert Grint (Ronald Wesley, el eterno pelirrojo del grupo) después de sus días de hechizos y varitas en la saga de Harry Potter. Y como si fuera poco, el desaparecido Taylor Hawkins interpreta Iggy Pop. A juzgar por las críticas quizás no sea una joya cinematográfica, pero yo me divertí bastante.
De otro lado está Bandslam (2009). Donde Will, Charlotte y Sa5m exploran su típica vida de preparatoria alrededor de la música y de su banda I Can't Go On, I'll Go On. Allí no hay nada nuevo bajo el sol, pero en uno de los pasajes de la película Sa5m y Will visitan el lugar preferido de este último: CBGB, justo en el momento en el que el templo está desapareciendo. Para entonces, el lugar era solo un recuerdo duradero en la mente de los fanáticos, así que se recreó su atmosfera —y, la verdad, lo hicieron bastante bien—. La verdad es una película muy entretenida, con una banda sonora excelente y ese encanto de esas historias que sin prometer mucho, terminan por hacerte reir.


Archie apareció por primera vez en Pep Comics #22, en diciembre de 1941. El personaje tuvo tanta acogida que obtuvo su propia serie, publicada por primera vez en el invierno de 1942. Esta historieta se mantuvo en circulación hasta junio de 2015, cuando se decidió hacer un reinicio con rediseño de personajes, una estética más actual y, desde julio de ese mismo año, el nuevo Archie vio la luz.
Y es así como, a finales de 2016, «Archie meets Ramones» —Archie conoce a los Ramones— se hace realidad. Gracias a los guionistas Alex Segura y Matthew Rosenberg, la dibujante Gisèle Lagacé, y de la mano de los poderes mágicos de Sabrina Spellman (la bruja adolescente), el primer disco de los Ramones se convierte en el portal perfecto para un viaje en el tiempo que cambiará la historia musical de The Archies.
Un encuentro cuyo único escenario posible era la ciudad de New York en 1976, y que no podía llevarlos más que al CBGB & OMFUG. De esta forma, Archibald «Archie» Andrews, Veronica «Ronnie» Lodge, Elizabeth «Betty» Cooper, Forsythe Pendleton «Jughead» Jones III y Reginald «Reggie» Mantle III pisan el escenario del mítico templo del punk.

El tiempo pasa y lo significativo se mantiene. Estas bandas (The Archies, Ramones), sus personajes y la música son eternos. No importa cuántos años pasen, algunas cosas simplemente no envejecen: un buen riff de guitarra, una historieta bien contada y la eterna disyuntiva entre Betty y Veronica. Por si se lo preguntan yo hubiese elegido a Veronica.
Archie Meets Ramones no solo es un cruce improbable entre el bubblegum pop y el punk, es también una prueba de que los mundos que nos hicieron felices de adolescentes pueden seguir haciéndolo de adultos, ya sea en Riverdale, New York, el CBGB, Armenia… aunque ahora con más responsabilidades y menos pelo.
¡Y no olviden ver Rock 'n' Roll High School (1979)! Una cinta de culto, al menos para los ramoneros de corazón.


1- El nombre no lleva tilde ya que hace referencia al nombre original en inglés.
2- No lleva tilde porque hace referencia al nombre original de la banda en inglés.
