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Angelitos empantanados

“Here i lie in my hospital bed…”

Por: Laura Cortés

Con una canción de The Rolling Stones titulada Sister Morphine y que habla en general de la adicción a la morfina, inicia Caicedo “El pretendiente”, primero de los tres relatos que aparecen dentro del libro Angelitos empantanados. Luis Andrés Caicedo Estela escritor colombiano que además de cuentos, antes de su muerte dejó algunos manuscritos, guiones, relatos, diarios y apenas un libro publicado “¡Que viva la música!”, obra cumbre en la que describe las calles de la ciudad de Cali, la noche, la salsa, el paisaje, el Rock and Roll, Ricardo Ray, las drogas… y en la que afirma que vivir más de 25 años es una insensatez; decide suicidarse el mismo día que recibe un ejemplar de su obra recién publicada, el 4 de marzo de 1977. El suicido de Caicedo era algo que, en parte, se esperaba. Pues tuvo muchas expectativas respecto a la escritura pero perdió sus
esperanzas a los 20 años y empezó a sentirse frustrado. De ahí en adelante, se sumió en una crisis emocional que lo llevó a sentirse atraído por la muerte. 


Con tan solo 20 años, Caicedo escribe Angelitos empantanados, un libro de 101 páginas que compone tres relatos El pretendiente, Angelita y Miguel Ángel y El tiempo de la ciénaga publicado en 1995 por la Editorial Norma. En estos relatos describe la historia de dos jóvenes burgueses que asisten a colegios de clase alta, que viven situaciones como cualquier otro joven burgués, que tienen padres problemáticos o ausentes y cuyos personajes se mueven en los escenarios de la ciudad de Cali.


El libro inicia contando la historia de un pretendiente enamorado de Angelita Rodante cuyo amor nunca fue correspondido, lo que lleva al protagonista a perderle el sentido al colegio y a todo y a quedarse dormido en las calles del norte de Cali fantaseando con Angelita, “qué van a comprender el que un hombre lo deje todo por la que le paga mal”. En Angelita y
Miguel Ángel los protagonistas son Angelita Rodante y Miguel Ángel Valderrama, el relato es narrado por ambas voces cuyos narradores cambian en el momento menos esperado, describiendo los problemas familiares de Angelita cuyos padres mantienen discutiendo y un hermano menor enfermo, feo y mueco, (personaje en el que se proyecta Caicedo como en
Ricardito “el miserable” de ¡Qué viva la música!, personajes que tienen como signo la desgracia) y cómo Miguel Ángel interviene en su vida cada mañana hasta que se enamora de Berenice, una prostituta sacada de los cuentos de Poe. Y en el último relato El tiempo de la ciénaga, narrado por Miguel Ángel cuenta desde su mirada el amor entre Angelita y él y el trágico final que solo los cuentos de ficción permiten.


Desde la perspectiva social, Caicedo nos pone a imaginar unos personajes adolescentes con finales un poco trágicos, describiendo situaciones muy visuales que varían en tiempo y espacio, donde el punto de vista de cada narrador genera sensaciones puntuales que marcan el estilo del escritor.


Este año como homenaje a Andrés Caicedo y a los 40 años de su muerte, la Alcaldía de Cali, la Secretaria de Cultura de la ciudad y la familia del escritor abrieron un concurso de cuento para jóvenes entre los 15 y 25 años. La convocatoria estuvo abierta hasta el 16 de julio y se recibieron textos originales con temática libre.


Sobre el autor

Texto: 

Laura Paola Cortés Artistizabal

Futura Comunicadora Social Periodista Universidad del Quindío.

Rayar. Rayar y rayar – “Tiempo para imaginar es lo que falta”

Contacto:

Facebook: https://www.facebook.com/laura.ca.31521

Twitter: @_LauCortes_

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