La búsqueda para el encuentro con la palabra, el afán por la resignificación del mundo y el descubrimiento conjunto de la belleza tras la belleza que muta en el lenguaje, resultan configurar los motivos por los que caen y se tropiezan los poetas constantemente unos con otros en el oficio que los reúne y vincula como por sangre; la poesía. Una tarde noche, bajo el “diluvio” rutinario de un territorio cada vez más frío como lo es la ciudad de Armenia, nos encontramos para la cita acordada con la poesía aquel lluvioso 3 de noviembre. Esto, en la nueva sede de la Biblioteca Comfenalco Quindío, donde Orietta Lozano y Juan Carlos Acevedo, orientadores de aquel espacio, nos condujeron en una hermosa charla alrededor del acto poético como artefacto de cristalización del mundo. 

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Con el rumor de un concierto líquido lejano tras los muros que dividían nuestros cuerpos secos del afuera, algunos poemas fueron declamados por los estudiantes del taller posterior a la charla, a modo de inicio. Me pregunté sobre si todos allí cargarían consigo el mismo arsenal poético en la maleta, o estarían configurando las mismas imágenes producto de aquellos versos recitados, imágenes que ya bien se reproducían en mi cabeza. Entonces, surgen entre el público preguntas como ¿qué es realmente la poesía? o ¿cuándo saber si una obra está realmente terminada?

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A partir de allí, nos valimos de ajenas para darles respuesta. De repente Paz se puso en escena y con él Borges y algunos otros autores. Entendimos que aquellas son preguntas que, tal vez, no merecen respuestas aun prematuras, y que como debe de ser, en el poema seguramente las encontremos.

 

Concluimos como comenzamos, en un perfecto círculo poético en el que los autores recitaron algunos inéditos de su autoría y supe entonces allí, recordando el motivo el motivo de aquel encuentro, que no tenía sentido mediar aquellos interrogantes por la razón, pues la codificación de las palabras resulta insuficiente en la experiencia misma de lo trascendente, cuando ante preguntas como ¿qué es la poesía? se pretende una verdad.