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DOMINGO

29-marzo-2020

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Hoy visité a don papá, y estoy seguro que es el acto más irresponsable de todos en esta época de aislamiento preventivo obligatorio. Me ganó el sentimiento, debo confesarlo, hacía varios días que no lo veía, aunque vive a casi diez cuadras de mi casa. Todos los días hablamos por teléfono, todos los días nos enviamos memes, videos y demás. Eso sí, esta semana le dije que no le aceptaba cadenas prometiendo mercados, o generando pánico o conspirando sobre el fin del mundo. Le dije que nuestro chat era reservado para la diversión. También hoy tuve que borrar sus mensajes, se me llenó la memoria del celular. 5889 archivos se tuvieron que perder para que pudiéramos seguir chateando.

Ilustración: Cortesía de ZULETA

 @zuletacartoonist 

Cuando prendí el PC esta mañana, Google me recordaba que hiciera “Los Cinco” para detener el coronavirus: Manos, lávalas frecuentemente; Codo, tose en él; Cara, No la toques; Mantén el distanciamiento social; Casa, quédate si puedes. Pero no, lo siento, hoy no me pude quedar en la casa. Luego de seguir cuatro de las cinco, de salir y empezar a recorrer las calles solitarias de Calarcá, subí hasta el parque principal y compré unos panes que me encargaron, todo estaba cerrado, la niña de la panadería que me atendió tenía tapabocas y guantes blancos, no se vendían tintos ni para llevar ni para consumir en el sitio, me entregó en una bolsa blanca dos panes porque estoy seguro que donde hubiese llevado uno, mañana el señor aquel volvería a salir por otro.

Caminé en línea recta toda la carrera 25 de Calarcá, desde la calle 40 hasta la 47. Las farmacias estaban abiertas, algunas tiendas también, la soledad y el silencio eran abrumadores, no se veía nadie, ni nada, ni carros, motos, bicicletas o caballos, nada. Creo que ya aprendí a respirar con tapabocas, pero recordé la carta abierta que envió la Asociación Colombiana de Infectología en donde nos decía, nos reclamaba, entre muchas cosas, que por favor las personas que estuviéramos sanas, jóvenes y sin ningún síntoma, dejáramos de usar tapabocas en la calle, que hacíamos más rápida la propagación y el contagio. Que siguiéramos las normas de aislamiento, pero que los tapabocas son para los médicos, personas que atienden enfermos y lo que ya sabemos. También pido disculpas, me ganó la ansiedad.

Me aguanté en casa de papá hasta las 4 p.m., iba a devolverme, cuando empezó a llover. Así que nada, esperé el programa de Suso y pedí taxi. En el barrio de mi papá parece que no pasara nada, la gente sale, la gente habla, la gente visita, se ríe y se da la mano, abrazos y besos, los vecinos van a la tienda, se encuentran y se toman una cerveza, pareciera que no dimensionaran todo lo que está pasando.

 

A eso de la una de la tarde, escuchamos un carro de policía que se acercaba lentamente, papá se asomó a la ventana, se quedó mirando y se echó la bendición, yo miré y por las calles iba caminando un padre, con un traje blanco y lo abrazaba una tela dorada que envolvía sus manos mientras sostenía “el altísimo”, una figura en forma de cruz dorada, que tiene en su interior una hostia consagrada, representa a Jesús con nosotros, se dice que no se toca y por eso las manos del padre van cubiertas, es uno de los rituales más sublimes de la iglesia católica. A su lado, iban dos personas, ayudantes, que sostenían velas y un sahumerio. Pasadas las tres de la tarde, volvió a sonar un carro oficial, esta vez era el de bomberos, una grúa para ser exactos, llevaba encima a otro padre sosteniendo otro altísimo en la misma ceremonia que la anterior. Papá se volvió a asomar y se volvió a persignar. 

 

En todo el departamento estuvieron realizando este proceso, la Iglesia Católica decidió pasear “la imagen de Jesús” para que las personas desde sus casas pudieran orar y tener cerca a Dios. Según me contó mi hermana, los Testigos de Jehová tuvieron asamblea esta semana, como el anterior, es un acto importante para ellos y se reunieron a través de la plataforma Zoom. Otro familiar que es cristiano, me dijo que había aprendido a usar diferentes herramientas pues su pastor les enviaba mensajes y los convocaba para acompañarlos en este proceso. Y así, varias religiones se han adaptado a la virtualidad para que sus fieles no se reúnan de manera presencial.

Hoy es domingo, séptimo día de la semana y de este espacio, quinto día de aislamiento nacional. Ya llegamos a 702 reportes de contagio y estoy seguro, sin alarmas, que esta semana superaremos los mil contagiados. La máquina se pudo arreglar y esperamos que no se vuelva a dañar, o que los reportes sean efectivos, o que al menos no nos oculten información, aunque bueno: This is Colombia. Ayer en Montenegro fue un día normal, de mercado, la gente salió a las calles como si nada y las redes se invadieron de denuncias. En las noticias nos mostraron una serie de animales que atraídos por el silencio de esta época han aparecido por las calles de distintas ciudades. La naturaleza nos está diciendo algo.

Termino este espacio agradeciendo a todos los caricaturistas que me han permitido usar su arte para acompañar esta bitácora, a todos les he escrito y les he comentado la idea, además de narrar los días y mi gusto por la caricatura, quise compartir todo lo que se está diciendo de esta forma, agradezco a Don Fingo, Betto, X-tian, Feroz, Matador, Zuleta y Mheo.

 

Finalizó la semana, esto apenas inicia, las medidas serán más extremas y apenas nos estamos acondicionando a todo lo que viene. Feliz inicio de semana.

SOBRE EL AUTOR

Johan Andrés Rodríguez Lugo

Futuro Comunicador Social Periodista Universidad del Quindío.

- Tomar café, comer mucha pasta, la música, los libros, los viajes, cosas simples y también algunas complejas - “No es que una quiera es que toca, entonces tin”- 

Contacto:

Facebook: https://www.facebook.com/johanandres.rodriguezlugo

Twitter: @UnJohanTin

Instagram: @Johan_RL

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