
Chuck Berry – El primer salvaje
Por: Juan Francisco Jaramillo
Si se tratara de hacer un árbol genealógico del rock and roll, la música definitiva que sacudió los cimientos culturales de occidente en el siglo XX, la raíz fundamental conduciría a Chuck Berry. Visto de otra manera, piense en su guitarrista de rock favorito, por más virtuoso, veloz o en su defecto pesado y crudo; el camino conduce a un mismo nombre: Chuck Berry.
Bautizado como Charles Edward Anderson Berry en las profundidades del medio oeste norteamericano, específicamente en Saint Louis en el estado de Missouri, Berry nació el 18 de octubre de 1926.

Su juventud fue tan turbulenta como la música que ayudaría moldear, antes de cumplir los treinta años, Chuck Berry ya había sido arrestado y puesto en prisión acusado de robo a mano armada, si bien no completó la totalidad de la condena, esos primeros años de desencuentros legales moldearían su personalidad y su música.

Tras su corto paso por la prisión y gracias al bagaje musical que también adquirió en su juventud, Chuck Berry fue ganando notoriedad en Saint Louis y en las regiones aledañas. Gracias a este reconocimiento, Berry logra darse a conocer ante músicos como Nat King Cole o Muddy Waters, este último le recomienda ir a Chicago y contactar con Chess Records, el sello disquero por excelencia del blues electrificado y el primigenio rock and roll durante la primera mitad de los años cincuenta.

Esas primeras grabaciones mostrarían el sello definitivo de Chuck Berry, una voz que sabía incorporarse con vigor y fuerza a esa música acelerada y sobre todo una energía hasta entonces inusitada para tocar la guitarra, esto junto con sus movimientos sobre el escenario lo destacarían por sobre muchos de sus compañeros de oficio.

Si bien distinguir o atribuir la creación del rock and roll a un solo músico es imposible, muchos de los elementos distintivos se notan en Chuck Berry, a diferencia de Elvis Presley quien supo edulcorar su sonido y enriquecerlo con otros elementos musicales, Chuck Berry optó por la simpleza tanto en la ejecución como en la estructura de sus canciones.

El gran legado de Chuck Berry para la historia queda en más de un centenar de canciones y en la manera en como influyó a miles de guitarristas, desde Keith Richards de The Rolling Stones hasta el todo virtuoso Joe Satriani han manifestado el tremendo impacto de su fallecimiento y reconocen en ese espigado de Saint Louis toda esa energía vital que sacudió el mundo con una simple guitarra eléctrica.
SOBRE EL AUTOR
Juan Francisco Jaramillo
Comunicador Social Periodista Universidad del Quindío. Leer, coleccionar música, caminar, ver documentales..
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Twitter: @Juan_Mohan
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